Etiqueta: bienestar

5 cosas que hacen las personas que contagian buena energía

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1. Escuchan con curiosidad, hablan con franqueza y actúan con integridad.

La escucha y la curiosidad hace que las relaciones prosperen. Que tu hables con tu verdad permite a las demás personas que se sientan cómodas para poder decir la suya. Los demás se sienten cómodos con estas personas y sienten que pueden ser honestos. Además tu eres cuidadoso e íntegro en cuanto a las cosas que te cuentan. Las personas sienten que hay un interés en ellas, porque se ve la curiosidad por su vida y eso las llena de amor y buena onda. Seguir leyendo «5 cosas que hacen las personas que contagian buena energía»

Esto desea una mujer tras una jornada larga de trabajo…

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¿Qué es lo que desea una mujer cuando llega a casa tras un largo día de trabajo? Deseamos tranquilidad, silencio, un cálido ambiente, cariño, ternura, un abrazo. Queremos encontrar a alguien al llegar a casa que nos mime más que nunca, que nos preste atención y que nos muestre cuanto nos ama. Seguir leyendo «Esto desea una mujer tras una jornada larga de trabajo…»

Esta carta es para el hombre que no supo amarme

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Supongo que cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa lo primero que hacemos es buscar culpables. En este caso, y para no dejar de lado esta importante tradición, me gustaría culpar a mi propia inocencia por haberme enamorado de ti de la forma que lo hice. La verdad es que nunca imaginé que un sentimiento de esta intensidad se desarrollaría en mi interior. Fue casi como ver crecer a una pequeña planta, lentamente, cuadro a cuadro y pronto verse enfrentado a que esta pequeña se había convertido en un árbol. Seguir leyendo «Esta carta es para el hombre que no supo amarme»

Te quiero, pero no te necesito

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Vivimos en una sociedad en la que cada día nos creamos nuevas necesidades. Nos encanta la formula “necesito”: “necesito cambiarme de coche, necesito unos zapatos nuevos, necesito otro móvil, necesito apuntarme a un gimnasio”, etc.

Si pensamos en el consumismo que nos rodea, esto puede ser comprensible; a muchos les interesa que pensemos así, aunque eso no lo justifica. Pero es peor cuando trasladamos estas ideas al marco de las relaciones, y más concretamente a las relaciones de pareja. Seguir leyendo «Te quiero, pero no te necesito»

No corras detrás de alguien que ya sabe dónde estás

“La ausencia paulatina de tu interés por mí, la falta progresiva de tus ‘buenos días’, la elección egoísta de tu lejanía, fueron los que determinaron que no hiciera falta viajar a Macondo; bastaba besar tus labios para sentir… Cien años de Soledad.”

-Gabriel García Márquez-

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Lo que duele no es el dolor

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Lo que duele no es el dolor. El dolor es sólo una consecuencia. El efecto secundario de algo que nos hizo sufrir y que todavía hoy sigue haciéndolo. Me gustaría que esto que tanto duele fuese lo que me aplasta el pecho y me araña las vísceras y el corazón. Esto que se puede paliar poco a poco, con consejos, amigos, medicamentos, horas, sobremesas y tazas de té. Pero algo me dice que no. Que lo que duele no es el dolor.

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Me aburrí del sexo

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Me aburrí del sexo. ¡Sí! Me aburrí de que te sorprendas porque diga algo así.

Me aburrí de la falta de equidad, de la desigualdad y de que existan sexos, orientaciones y/o identidades sexuales mejores que otras. Me aburrí de la falta de respeto. Me aburrí de las infecciones de transmisión sexual y de que sigan aumentando. Me aburrí de que todavía el uso del condón no sea un “reflejo condicionado” cuando debe ser usado. Seguir leyendo «Me aburrí del sexo»

Somos la generación que no quiere relaciones

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Queremos una segunda taza de café para las fotos que subimos a Instagram los domingos por la mañana, otro par de zapatos en nuestras fotos artísticas de pies. Queremos poner en Facebook que tenemos una relación para que todo el mundo pueda darle a «me gusta» y poner un comentario, queremos una publicación digna del hashtag #parejaperfecta. Queremos tener a alguien con quien ir de brunch los domingos, con quien quejarnos los lunes, con quien comer pizza los martes y que nos desee buenos días los miércoles. Queremos llevar acompañante a las bodas a las que nos inviten (¿Cómo lo habrán hecho? ¿Cómo habrán conseguido un felices para siempre?). Pero somos de la generación que no quiere relaciones. Seguir leyendo «Somos la generación que no quiere relaciones»

Querida chica del bañador verde

Se encontraba en la playa pasando la tarde con sus hijos cuando un grupo de bañistas adolescentes se sentó a su lado. No pudo evitar fijarse en una de las jóvenes que estaba en ese grupo. Sus complejos y su inseguridad le hicieron reflexionar y decidió escribir un alegato a modo de carta. Ésta es la carta íntegra:

QUERIDA CHICA DEL BAÑADOR VERDE:

«Soy la mujer que está en la toalla de al lado. La que ha venido con un niño y una niña. Primero que nada, decirte que estoy pasando un rato muy agradable junto a ti y tu grupo de amigos, en este trocito de tiempo en el que nuestros espacios se rozan y vuestras risas, vuestra conversación ‘transcendental’ y la música de vuestro equipo me invaden el aire.

¿Sabes? He alucinado un poco al darme cuenta de que no sé en qué momento de mi vida he pasado de estar ahí a estar aquí: de ser la chica a ser “la señora de al lado”, de ser la que va con los amigos a ser la que va con los niños. Pero no te escribo por nada de eso. Te escribo porque me gustaría decirte que me he fijado en ti. Te he visto, y no he podido evitar verte.

Te he visto ser la última en quitarte la ropa. Te he visto ponerte detrás de todo el grupo, disimuladamente, y quitarte la camiseta cuando creías que nadie te miraba. Pero yo te vi. No te miraba, pero te vi. Te he visto sentarte en la toalla en una cuidada postura, tapando tu vientre con los brazos. Te he visto meterte el pelo tras la oreja agachando la cabeza para alcanzarla, quizá por no mover los brazos de su estudiadísima posición casual. Te he visto ponerte en pie para ir a bañarte y tragar saliva nerviosa por tener que esperar así, de pie, expuesta, a tu amiga, y usar una vez más tus brazos como pareo para taparte: tus estrías, tu flaccidez, tu celulitis.

Te vi agobiada por no poder taparlo todo a la vez mientras te ibas alejando del grupo tan disimuladamente como antes lo hiciste para quitarte la camiseta. No sé si tenía algo que ver, en tu descontento contigo misma, que la amiga a quien tú esperabas se soltaba su larguísima melena sobre una espalda a la que sólo le faltaban unas alas de Victoria’s Secret. Y mientras tanto tú ahí, mirando al suelo. Buscando un escondite en ti misma, de ti misma. Seguir leyendo «Querida chica del bañador verde»