A la vida hay que exigirle mucho

cinco-libros-web

A la vida hay que exigirle mucho. A la vida hay que exigirle bien. Porque no te preocupes que ella ya se ocupará de exigirte a ti cuando menos te lo esperes y por la razón más insospechada. Un día sales de casa y búm. Un día vuelves de un chequeo rutinario y zas. Un día coges el coche y pam. Es siempre más tarde de lo que te crees. Cualquier día te cambian las reglas de este juego al que llamamos vida, y lo hacen sin que nadie te pida permiso y sin avisar. Así que plantéatelo ahora o atente a las consecuencias. Porque puede que jamás exista un espérate, porque puede que para ti no haya previsto un después.

Por eso, yo exijo. Exijo sentir cosas todos los días. Buenas, malas y regulares. Todas y cada una de ellas. Me da igual. Miedo, asco, rabia, ira, sorpresa, alegría y tristeza. Porque un día sin emociones es un día perdido.Y porque ahí donde la emoción manda, es siempre donde ocurren las cosas, es donde yo exijo estar.

Yo exijo. Exijo no pasar ni un sólo día sin estar enamorado. No hablo de estar acomodado. Ni de dejarme simplemente llevar por la inercia. No. Exijo mariposas todos los días. Y exijo también a alguien a mi lado que las quiera mantener más allá de lo razonable, más allá de lo racional. Alguien que esté dispuesta a dejarse la vida en el intento. Y que quiera casarse cada día conmigo. Y que lo demuestre en cada tempestad. Exijo que se lo curre tanto o más que yo. Y si no, no me vale la pena ni el simple hecho ya no de estar en pareja, sino de respirar. Ah y una cosa más. Exijo que la prudencia se tome vacaciones eternas conmigo. Porque jamás me ha garantizado nada el hecho de ir poco a poco. Ni me ha hecho más feliz. Exijo que deponga sus armas hasta que me asegure que mientras yo sea prudente, nada de lo que me gusta se va a terminar.


¡OFERTA PACKS! masinformacion1

lomalovivearriesgatebrujulaviveconvivirpack

 


Yo exijo. Exijo viajar hasta que el cuerpo aguante. Cada rincón del planeta esconde algo o alguien que tiene algo que enseñarme, cada kilómetro recorrido es otra lección de la que aprender. Soy consciente de que hay casi doscientos países en el mundo, y que yo habré visto siempre muy pocos, con mucha suerte llegaré a conocer la mitad. Y sobre todo, lo más importante, habré estado siempre en menos de los que visité. Un destino es una oportunidad para reencontrarse. Un hogar es donde vacías tus maletas. Y un origen es donde dejas que crezcan los recuerdos. Por eso, por mucho que te alejes, ellos se crecen más.

Yo no exijo un trabajo, exijo dejar de tener las sensación de trabajar. Porque es entonces cuando te estás dedicando a lo que realmente te gusta. Porque es entonces cuando realmente puedes llegar a ser bueno, o como mínimo, a poderlo disfrutar. Cuando el ocio deja de ser la negación del negocio. Cuando los lunes dejan de ser un suplicio, para convertirse en el único día de la semana al que quieres llegar. Lo antes posible, o sea, ya. No concibo ni un sólo día de mi existencia dedicado a algo que no merezca mi tiempo, mi vida, mi sacrificio, mi dedicación profesional.

Pero es que yo exijo también conversaciones. Conocer gente que me aporte algo interesante. Dejar de perder el tiempo con historias tóxicas y desgastadas. Exijo una vida sin capullos, sin mediocres, sin gilipollas, que ya tengo bastante conmigo. Y ponerme a sumar. Siempre sumar. Cada vez me queda menos tiempo para desperdiciar. Así que me he vuelto muy exigente con el tiempo que le dedico a cualquier prójimo. No porque no lo merezcan, o porque yo me crea especial. No tiene nada que ver con eso. Sino con la sensación de unicidad, de que esto que puedo vivir hoy tiene fecha de caducidad. Cada minuto que te dedico, se lo estoy quitando a los demás. Así que me tiene que valer la pena. Algo me tiene que aportar. Dejarse de tonterías e ir al grano. No es una pose. Es una obsesión por aprovechar cada oportunidad.

Y ya puestos a exigir, yo exijo luz de luna. Como Chavela. Pero no sólo para mis noches tristes. Para las alegres, también. Y exijo que el sol vuelva a salir por donde quiera. Porque si sale siempre por el mismo sitio, te juro que pillo la pistola de Saza y me lío a tiros como él.

Yo le exijo todo esto a la vida.

Y lo más importante, como sé que no está en sus planes proporcionármelo, no pienso quedarme de brazos cruzados esperando a que me lo facilite.

Lo pienso ir a buscar.

Risto Mejide (título original “Je demande”)

si-arriesgate-promo4

Sí, arriésgate. Esa es siempre la respuesta
Sí, arriésgate y empezarán a sucederte cosas maravillosas. Ese es el principal secreto. ¡Tener ganas de asomarse al precipicio y saltar! ¡Tener ganas de vivir!

mas-informacion


* Conoce nuestros libros  y nuestros PACKS

4 respuestas a “A la vida hay que exigirle mucho”

  1. Holaaaa les quiero decir algo pero no es sobre la historia sólo es que no hay páginas para decir esto bueno lo que me pasa es que yo me tropecé entonces saben lo que pasó no tenía pantalones abajo yo llevaba una falda entonces mi crush estába hay y me vio todo que hicieran por favor sin palabras malsonantes

  2. Me encanta, sinceramente me encanta, además cada vez que leo a Risto, me asombra la fuerza que llega a trasmitir, cómo me hace incorporar de mi asiento y leerlo con atención, y hacer que cada palabra me roce.
    Así que yo tb lo exijo, exijo todo eso y más. Gracias Risto!!

  3. Me encanta leer todos los articulos que postean, son de super autoayuda me transporto en los mismos y me impulsan a vivir más feliz cada día. Un saludo desde San Juan, Puerto Rico….Marisol…

¿Y tú qué opinas? Déjanos tu comentario...

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s