El chisme muere cuando llega a los oídos de una persona inteligente

Nada más tóxico que: fulanito me dijo que tú le dijiste que el otro le dijo que yo había dicho. De lejos con la gente así.

Los chismes son un verdadero cáncer social: traen un triple daño. Por un lado, le hace daño a la persona de la que se habla. Les hace daño al que cuenta el chisme y al que escucha el chisme.

La raíz etimológica de la palabra “chisme” sugiere que el chisme es un invento creado para separar a una persona de otra. Imagine que Juan y Pedro son amigos. Se llevan bien. Pero justo aparece alguien que quiere dividirlos. Aquel es el chismoso. El chismoso dice: “le diré a Pedro algo de Juan… inventaré algo malo para enemistarlos.” Tal actitud constituye un veneno del alma.

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El antídoto para el chisme es EL RESPETO, un principio que más que inteligencia, exige DECISIÓN Y COMPROMISO. Anote lo siguiente:

El chismoso busca a alguien como él. Es decir, el chismoso nunca acude a una persona de carácter. El chismoso te va poniendo a prueba: te va soltando pequeñas dosis de su veneno y va viendo tu reacción. Si no lo frenas a tiempo, pronto habrá descargado todo y lo más probable es que ni cuenta te des.

El Chismoso busca tachos de basura: Nunca permitas que alguien venga a dejarte su basura. Así que la pregunta que usted debe hacerse es: ¿Por qué el chismoso piensa que a usted le puede interesar un chisme? ¿Qué ha visto el chismoso en usted para pensar eso? ¡Evalúese usted!

Es muy saludable ignorar los rumores, las calumnias, y toda la basura que a veces la gente inventa sobre personas que apreciamos. Pero más saludable que hacerle oídos sordos, es que los chismosos ni siquiera se te acerquen. Usted tiene el reto de convertirse a sí mismo en la clase de persona que al que el chismoso respeta. Cuando el chismoso piense en usted, el chismoso debe decir: “no, a él no puedo contarle eso…” Recuerde: los chismosos le temen a las personas correctas. Son tan débiles que cuando están frente a personas de espíritu elevado y gran carácter, sienten que pueden ser desenmascarados. Así que trabaje en usted:

Hable para edificar: nunca habla mal de nadie. Si tiene alguna duda o problema con alguien, hable con esa persona. Nunca ventile sus incomodidades con terceros. Eso es exponerse ante los chismosos.

Esté atento a lo que escucha: Si está conversando con alguien y siente que la conversación está desviándose de su cauce normal, corte. Váyase de allí o cambie de tema. Recuerde lo que alguien dijo: “la gente grande habla de ideas, la gente pequeña habla de otras personas.”

Fuente: latinmoney