–
Si algo me ha enseñado el tiempo, es que la vida es muy corta para desperdiciarla complaciendo a los demás. Es verdad que alguna vez caí en el gravísimo error de ir en contra de mí misma, de lo que pensaba y de mis necesidades para tratar de agradarle a alguien. Pero tuve la valentía de aceptar mis errores, hacerles frente y hacer de ellos una razón para mejorar. Y es que la línea entre ser “buena persona y ser “tonta” a veces, es tan delgada que no la vemos y la factura que se paga por traspasarla puede salir carísima: perderte a ti mismo al punto de terminar odiándote por sacrificios que muchas veces no son correspondidos, o peor aún, que no merecen la pena.
El complacer a los demás o preocuparnos por lo que piensan de nosotros no siempre significa que estemos haciendo lo correcto, Si algo me ha enseñado el tiempo, es que la vida es muy corta para desperdiciarla complaciendo a los demás. Es verdad que alguna vez caí en el gravísimo error de ir en contra de mí misma, de lo que pensaba y de mis necesidades para tratar de agradarle a alguien. Pero tuve la valentía de aceptar mis errores, hacerles frente y hacer de ellos una razón para mejorar. Y es que la línea entre ser “buena persona y ser “tonta” a veces, es tan delgada que no la vemos y la factura que se paga por traspasarla puede salir carísima: perderte a ti mismo al punto de terminar odiándote por sacrificios que muchas veces no son correspondidos, o peor aun, que no merecen la pena.
El complacer a los demás o preocuparnos por lo que piensan de nosotros no siempre significa que estemos haciendo lo correcto, Está acción de complacencia que hacemos para sentirnos mejor proviene de una baja autoestima porque normalmente lo hacemos para encajar, para agradar, para que nos amen y nos respeten, pero si no nos queremos y nos respetamos nosotros mismos ¿Cómo esperamos que alguien más lo haga? Una cosa es empatizar naturalmente siendo tú mismo y otra muy distinta es vivir complaciendo para que lo hagan. Con la entrega constante no se llena la autoestima, solo enterramos nuestras ilusiones.
Saber que tú mismo eres y serás siempre lo más importante no es egoísmo, es amor propio. No puedes ir por allí haciendo cosas por obligación o por querer quedar bien con el que se encuentra a tu lado. Y de ningún modo quiero decir que hagas daño a los demás, simplemente que tú eres la única persona que decide y puede cambiar la forma en que te sientes. Y si para ello tienes que poner límites, ¡adelante! Porque de no hacerlo, se puede convertir en un circulo vicioso de tiempo indefinido.
Tengo ganas de hacer algo o no me beneficia, y lo hago sin excusas ni justificaciones porque de otro modo sólo les regalo argumentos para que insistan más y me quieran convencer. Dicen que he cambiado mucho sólo porque ya no soy como a ellos les conviene, pero no me importa lo que piensen, mejor pienso en lo que eso me beneficia a mí y a mi autoestima.
Es verdad que cuando soy complaciente no genero problemas ni conflictos y hago que las personas quieran estar cerca, pero si eso significa perder mi esencia, dejar de agradarme yo misma, sentirme insatisfecha o frustrada por no hacer valer mis creencias y mis opiniones, prefiero estar del otro lado, sola o con los pocos que de verdad me aprecian por lo que soy y no por lo que les sirvo.
Vine a este mundo a intentar ser feliz, y no es nada fácil, por lo que al menos quiero hacer el viaje más ligero, a mi modo, siendo autentica, viviendo lo que quiero y como quiero, no complaciendo a los demás. Así que si me quieren o me odian por ser así, lo siento, es su problema.
Fuente: upsocl
–
Que bello mensaje me ayudo mucho a vivir mu vida siendo feliz yo.
Si es difícil amarse a uno mismo y es fácil amar más que a tu propia vida a otra persona es bastante trágico pero tengo que darme cuenta que uno esta para disfrutar el día a dia