El trastorno emocional que puede causar la muerte del perro es, en ocasiones, tan relevante como el que se siente al perder a un familiar cercano.
El impacto psicológico que causa la muerte del perro puede ser tan relevante como el que se siente cuando se pierde a un familiar cercano, según las conclusiones de un estudio realizado por el departamento de Psicología del la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care.
No solo no es extraño sufrir cuando la mascota fallece, sino que es lo habitual. Más del 85% de los dueños de canes admiten haber padecido dolor tras la muerte de su perro, según una investigación realizada por la prestigiosa revista neoyorquina Family Process, una publicación dirigida por científicos, y especializada en el estudio de la familia.
«Para algunos dueños de perros, el fallecimiento de éste puede provocar un pesar tan profundo como el que produce la muerte de un miembro de su familia», escribe la publicación acerca del sentimiento relacionado con la defunción de las mascotas.
Family Process aconseja, asimismo, ser paciente en caso de tener que pasar por esta experiencia, tan traumática en ocasiones, de forma especial si la muerte se produce de un modo inesperado: «si pierde a su perro en un accidente o a causa de una enfermedad, permítase expresar el dolor que siente, y dese el tiempo necesario para superar la pérdida», dice la revista.
Por su parte, los investigadores del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai han llegado a la conclusión de que el dolor que produce la muerte de la mascota no solo puede ser intenso, sino que en ocasiones es, además, muy duradero. Una de cada tres personas reconoce haberse sentido apenada por la pérdida de su perro durante al menos seis meses después del fallecimiento.
La amargura, sin embargo, no debe ser el único sentimiento que exprese el recuerdo de su mascota. Igual de necesario que manifestar la tristeza es tener la posibilidad de evocar los buenos momentos compartidos con su perro, seguro que numerosos.
Definitivamente…. devastador!!! 😪…17 años… 17…. Y aunque mi mente entiende que era muy justo para mi fiel y entregada compañera….. dejarla partir….mi corazón está sangrando y mi alma desgarrada….!!! Sólo deseo…en verdad, que el famoso Puente del Arcoiris…exista y que esté feliz jugueteando como cuando cachorra o en sus buenos años de juventud…!!!
Todo se complica cuando eres tú quien deba decidir sobre dejarlo vivir o dejar que se vaya para no volver.
Definitivo….!!! Culpa…. Remordimiento…egoísmo…???!!!
Y cuando el perro desaparece? Yo he tenido siempre perros en casa, y he sufrido mucho sus muertes cuando han envejecido pero recientemente ha desaparecido mi perra y el sentimiento es distinto, siento mayor angustia, el no saber que es de ella, si estará bien, si están haciéndole daño o si está herida o a la intemperie son pensamientos que me hunden y de los que no consigo salir y el dolor en el pecho cada dia es mas angustioso.
Pase exactamente por lo mismo y fueron los peores días, semanas … de mi vida, tanta angustia, tanta desesperación… que quería ya encontrarla como fuera, pero conocer el final. Hasta me dolía literalmente el corazón. Estuve al menos un año sin poder hablar de ella, sin poder mirar sus fotos… ahora 3 años después puedo hablar de ella sin sentir esa puñalada pero conteniendo todavía la emoción, la tristeza, por que aún la echo muchísimo de menos.
Yo tengo tres y no miro la vida sin ellos,cuando estamos mal,son los primeros en estar a nuestro lado apoyándonos y animandonos,nunca te dejan pase lo que pase,son impresionantes.
Una amiga me envio’ un articulo que aparece en su blog y me sonrei’. Ese, el de tener un amante casi que por salud jejejeje. Como si fuese tan facil. Ademas cuando se renuncia a algo, mejor es dejarlo definitivamente; no estar recojiendolo y soltandolo, recojiendolo y soltandolo. La vida y el espiritu se pueden alimentar con otras cosas y actividades mas accesibles. Pero muy buen blog, debo decir. Enhorabuena!
Yo aún recuerdo el día que lo castraron. Toda la noche a su lado sin pegar ni ojo, acompañandole
Justo hace un par de semanas recordé al mío en el blog. Esto es algo que poca gente entiende.