Todas las personas que comparten su vida con un perro o un gato deben lidiar con la idea de que es muy probable que su ser querido muera antes que sus dueños y sus dueñas. Quien ha crecido con animales es probable que haya tenido que despedirse en varias ocasiones. Esta despedida no es nada sencilla y te acompaña durante el resto de tu vida. Por eso, a la mayoría de los dueños les resulta particularmente difícil sacrificar a sus amigos animales. Se han convertido en una parte esencial de su familia. Tan solo la idea de ver morir a tu amigo de cuatro patas puede enfermarte. Aún así, los dueños deben ser fuertes en estos momentos, por el bien de los animales.
