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Hagamos, en la intimidad que nos proporciona nuestro despacho/baño/asiento de metro, un ejercicio de autoconocimiento.
Es fácil: se trata de abrir la galería de fotos de nuestro móvil y contar el número de selfies que nos hemos hecho durante este último mes. ¿Cuántos te salen? ¿5, 20, o quizás alguna más? ¿Tenéis alguna con mendigos? ¿Cuántos legsies? ¿Cuántos drelfies y braggies alberga vuestro carrete digital? ¿Cuántos welfies con las pesas del gimnasio, o enseñando la nueva adquisición de nike frente al espejo? Os podría preguntar también por el número de multiselfies, photobombs o bedstagrams. Pero vamos a dejarlo en esa primera pregunta inicial.
Deberéis saber que, dependiendo del número de autorretratos (ya sabemos que esta palabra es antigua) que tengáis, estáis un pasito más cerca de desarrollar tendencias psicópatas y narcisitas. Y no lo decimos nosotros, lo dice el estudio publicado en la revista Personality and Individual Differences. (…)
El amor (y el narcisismo) en los tiempos del cólera
El narcisismo está definido como un trastorno de la personalidad que implica la preocupación excesiva por uno mismo y por cómo se es percibido por los demás. El narcisista está interesado y es movido por la satisfacción de su vanidad y la admiración de sus propios atributos físicos e intelectuales. Y es que el uso abusivo que se le da a estas plataformas, en el que el afán por proyectar lo mejor de uno mismo a veces roza el exhibicionismo, preocupa.
A continuación os dejamos una lista de los rasgos más característicos comunes a las personas que sufren este trastorno en nuestros días:
1. Inundan las redes sociales con fotos de su imagen esperando los likes (y la admiración de todos, aunque esto no se dice abiertamente. Son narcisistas, no idiotas)
2. Envidian a los demás, o la creencia de que el resto les tiene envidia.
3. Creen que rozan la perfección y buscan a aquellos que consideran que se asemejan a su condición.
4. Piensan que tienen capacidades (del tipo que sean) superiores al resto, y no dudan en exhibirlas.
5. Buscan notoriedad de la forma que sea, mediante las etiquetas necesarias que les permitan hacerse visibles.
6. Constante exposición de logros.
7. Consideran que deben tener privilegios especiales frente a las demás personas, y lo hacen ver.
8. A los demás nos inunda una profunda sensación que mezcla cabreo, dolor de cabeza y nausea.
No me digáis que se os ha venido el perfil de alguien en alguna de estas redes a la cabeza. Vaya, jamás lo hubiera esperado.
No cabe duda de que una de las utilidades principales de las redes sociales es la de comunicarse y, si bien es cierto que a nivel usuario se nos puede ir de las manos, las redes ayudan a las marcas a darse voz, vender y crear una comunidad real -uno de los sentimientos fundamentales a la hora de vender-. (…) El problema viene cuando el sólo uso que se les da es el de alimentar un ego pobre que sube de mala manera los peldaños que Maslow dibujó.
Tengo un problema, doctor: yo, mi, me, conmigo.
Y derivada de esta obsesión por compartir, subir, postear y alcanzar un número determinado de likes, retweets y favs, surgen cosas como éstas: la nomofobia (palabra acuñada hace sólo cuatro años), que se puede definir como el miedo irracional a salir de casa sin el móvil.
Asusta saber que más de un 53% de los usuarios de móviles sienten ansiedad cuando se quedan sin batería, sin cobertura, u olvidan o pierden el móvil.
Y seguimos con datos: las mujeres, en un 70% (frente al 60% de los hombres), los adolescentes y los universitarios son los más expuestos a esta nueva fobia. En nuestro país el peligro de que se extienda el temor irracional a no estar conectados es elevado si tenemos en cuenta que nos hemos convertido en el espacio europeo con mayor número de móviles por habitante. (…)
Yo les declaro marido y mujer. Pueden actualizar su status de Facebook.
Admítelo, nunca vas a ser tan feliz como ese amigo tuyo de Facebook que se ha ido a hacer la Ruta 66. No, ni como esa chica morena de ojos verdes en un bikini espectacular, tampoco. Porque Facebook es el escaparate mejorado de nosotros mismos. Instagram saca la mejor versión de todos los tonos de moreno. El ingenio de Twitter es sólo digno de unos pocos twistars. Pinterest es la nueva portada de revista tratada con Photoshop.
Como mucho, podrás parecerte a ese que sale con los apuntes estudiando. Cuanto antes lo asimiles, mejor.
Los usuarios tenemos poca opción a la hora de decir claramente «esto no me gusta» o «vaya moco te acabas de tirar». Sí, podemos presionar el botón de unfollow, o siempre tenemos la posibilidad de dejar de ser amigos de alguien. Lo cierto es que la forma en la que las redes sociales muestran nuestros perfiles anima a compartir la alegría de la vida. Aún cuando no hay alegría. Sea como sea, tiene que parecerlo, aunque esto nos lleve a interpretar una obra de teatro donde lo único que hacemos es interpretar a un personajillo con una vida digna de 10k likes.
Esta creciente obsesión por las cifras hace que uno se plantee ciertos aspectos sobre el comportamiento en las redes sociales y cómo se confunde el significado real de influencia y se empaña con nuestro problema: el exceso de ego.
Si tu wall de Facebook sólo habla sobre ti, si tu blog sólo habla de ti, si tus comentarios en Twitter sólo tratan sobre ti y si pudieras te harías follower de ti mismo, ¿qué aportas a tus seguidores? ¿Qué te une a ellos? Los falsos gurús están en boga, y hay que intentar tomar el control de la situación cuando las redes sociales (recalcamos el social, en mayúsculas, negrita y subrayado) nos hacen ser menos humanos y, por descontado, sociales.
Y tú, ¿cuántos likes necesitas para sentirte bien?
Alejandra Rovira Marcos
Fuente: blog.arnoldmadrid
Yo he venido a hablar de mi libro y si no hablo de mi libro me voy. Eso sí, da lo mismo que lo que tenemos que decir tenga el mismo hilo argumental con el tema cuestionado, sobre la crítica planteada, lo importante es soltar nuestra perorata.
Muy interesante, gracias por aclarar lo que sospechaba
….opino que,,,, que más da el narcisismo de los demás, acaso te metes en las vidas ajenas y les haces reflexiones para con sus problemas éticos???? si no te gustan como amigos, facebook te lo pone fácil
si te dedicas profesionalmente a esto de escribir, lo puedo entender como artículo y dinero ,,,, pero no mucho más.
Tal vez me encuentre el próximo día leyéndote sobre los animalistas, y entonces volveré a reir como hoy..
Saludos¡¡¡¡
Muy buen artículo. Me ha gustado muchísimo.
Soy blogger y también publco aquí, en el maravilloso mundo de wordpress como bien sabes. Y a veces, ya que me muevo bastante en las redes, hasta que me preocupo con eso de abusar de mis fotos personales, a pesar de que siempre están vinculadas a un post que haya escrito.
Es increíble lo que apuntas de esas personas que se creen únicas e el universo. Sólo se preocupan de ellas mismas y no tiene sentido de lo que es mantener una relación amistosa en estos medios.
Este año que ya termina decidí hacer una campaña personal de captación de amigos y seguidores con el fin de interactuar y al la vez dar a conocer mi trabajo, y ser leído.
Pues bien, en Facebook llegué casi a los setecientos. Quise interactuar. Pero la mayoría es que ni tan siquiera echaban un ojo a mis entradas.
Hace pocos días he borrado de golpe a casi 400 y tan feliz. Creo que la mayoría ni cuenta se han dado.
Al menos los que han permanecido tras mi criba sí que son y se han convertido en leales seguidores, lectores y amigos.
Recibe mi más cordial saludo desde Málaga, España
julio d castro