Los juegos de los chiquillos alborotados,
son la música que me llega de las calles
iluminando los recuerdos donde refugiarme.
La respiración se agita,
los temores se funden en esperanzas e ilusiones,
se evade la congoja que me produce el futuro,
rompo los grilletes y obedezco al silencio.
Con los ojos húmedos y el pensamiento perdido
el día no parece acabar,
deseo tener poderes con los que romper el hechizo
que inunda el mundo de ricos y hambrientos,
de motivos por los que batallar.
Sopesando la verdadera realidad,
disimulo todo mi dolor,
golpeo el aire y obedezco al silencio.
Ninot
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