Me dijo un gran amigo entre risas, cafés y sonrisas, que la auténtica felicidad está en el momento previo. Cuánta razón: el momento previo a afrontar un reto que preparaste durante mucho tiempo, el instante en que te enfrentas por primera vez a un desafío o el levantarte cada mañana para salir a por todas. Dicho de otra manera, el momento máximo de placer es justo el instante en el que imaginas aquello que podría ser…
Soñar, imaginar, crear, cumplir tus expectativas e intentar superarlas. Esa es la auténtica diferencia entre vivir todos los días de tu vida o simplemente que pasen las horas. Así pues, la regla de tres es fácil: huye de la rutina, quéjate, reinventa lo establecido, ponte a prueba y compite contra ti mismo. Esa es la auténtica razón de ser. Y si todo lo que piensas, imaginas, sueñas e inventas es para que el trocito de mundo en el que vives sea un poquito mejor, mi más sincera enhorabuena y mil gracias por existir.
Por Raúl Romero
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