–
Hace relativamente poco salió una carta que llevaba por título Quiero estar soltera, pero contigo. Todos debéis saber de qué estoy hablando, ya que esta carta fue difundida por todo el mundo, todos nos sentíamos identificados con cada una de sus palabras y todos la envidiábamos, queríamos un amor así. Y yo la primera. ¿Quién no quiere un amor de cuento de hadas? Hasta que me lo replanteé. ¿Realmente quiero un amor así?
- ¿Quiero un amor donde hay la necesidad de contestar todos los mensajes al instante (¡qué insulto que te dejen en los dos tics azules!) para que sepa que estoy pensando en él?
- ¿Quiero un amor que cuando vaya borracho se dedique a enviarme mensajes en vez de estar disfrutando con los amigos?
- ¿Quiero un amor que mientras yo esté disfrutando con mis amigos me lleve a una habitación para tener una relación sexual al ser incapaz de aguantarse?
- ¿Quiero un amor donde sea él el que me diga que hable de mi misma en vez de hacerlo yo por voluntad propia?
- ¿Quiero un amor del que depender en el que si no estoy con él estoy sola y aburrida?
- ¿Quiero un amor que considere que mi máxima cualidad es ser guapa? ¿Acaso quiero ser una mujer objeto?
- ¿Quiero un amor que ligue con todo el bar pero que después, cómo yo soy el plato seguro, se venga conmigo a casa?
- ¿Quiero un amor que me haga poner celosa por el puro placer de verme sufrir?
¡OFERTA PACKS!
Yo lo quería. Al leer la carta por primera vez hasta lo anhelaba. Pero ya no. He aprendido a leer entre líneas y he abierto los ojos. Lo que a primera vista parece ser “amor libre” en realidad es “dependencia” y “control”. No deseo encontrar un amor cómo el de la carta, porque cada una de estas frases, llevadas al extremo, y mucho cuidado cuando se acaban convirtiendo en la rutina de tu vida, se convierten en maltrato. Y esto no es amor. Esto es violencia de género. Esto es degradar a tu pareja y no respetarla.
Así que ya no, ya no más. Ahora ya he dejado de creer en los párrafos, en los “cuentos de hadas” que nos dicen como se supone que tiene que ser el amor. El amor no significa ser la media naranja de nadie. Somos 7 billones de personas en el mundo. ¿De verdad debo de creer que sólo existe una media naranja y que debo tolerarle todo a esa persona? Pues lo siento pero no. Prefiero no ser naranja y ser limón. O manzana. O lo que sea. Y crear una bonita macedonia con todas las personas con las que quiera compartir mi vida. Y aprender con ellas, y crecer y embellecer con su compañía. Y caer. Y aprender que nadie va a curar mis heridas. Que no hay una persona que va a rescatarme con su caballo, como en las películas de Disney. Que la misma persona que pienso que va a curarme, muchas veces va a ser la misma que luego me hiera. Así que yo tengo un plan mejor. Voy a ser yo misma la que sane cada una de mis heridas.
Yo ya no quiero esto. Y tú, ¿qué quieres?
Eli Guilera
–
Sí, arriésgate. Esa es siempre la respuesta
Sí, arriésgate y empezarán a sucederte cosas maravillosas. Ese es el principal secreto. ¡Tener ganas de asomarse al precipicio y saltar! ¡Tener ganas de vivir!
La brújula del cuidador 
Muy interesante.. Estoy de acuerdo. Ésto, si que si debería ser vital, más que la carta. Porque ayudaría a mucha gente a no sentirse rara por pensar así..
Una muy buena reflexión,yo me quedo con,te quiero libre y te quiero libre conmigo
He leído la carta y casi me caigo de espaldas…. ¿¡Es eso lo que alguien desea!?
Puedo entender que compartamos vidas autónomas, «cada uno en su casa y quedamos», pero sólo de forma simétrica. Es decir, que cuando me mandes un mensaje desde el bar con tus amigos, es posible que yo esté con los míos, por lo que no te contestaré, es más, posiblemente no me entere hasta mañana;
si te levantas con resaca y me llamas para que vaya a consolarte, no te extrañe que yo haya quedado para ir de paseo y te recomiende un alkaseltzer y un zumo de tomate, eso sí con un besito, y.. » si acaso esta tarde igual me paso a verte».
No entiendo ningún tipo de relación en la que me pidas lo que no me das, en la esperes lo que no me ofreces… en la que no subyazga la idea de que somos absolutamente iguales.
Feliz día a todas y todos.
Hola me gustaría leer la carta a la que te refieres para ver qué y cómo se expresa? Me podrías dar el enlace?
Gracias. Irene
Hola Irene. Para entrar en el enlace y leer la carta sólo debes de clicar sobre el mismo título. Un abrazo
Ya he leído la carta. No tiene mucho interés y el final es sorprendente ya que no se sabe muy bien qué es lo que quiere la chica.
Lo que es redundante y preocupante en la carta es el tema de la borrachera tanto por parte de él como de ella, y ella en definirse como objeto (estoy de acuerdo contigo) como si no pudieran estar de otro modo, lúcidos para ver en realidad que o bien no se quieren lo suficiente o bien se trata de un amor inmaduro y todo me recuerda el libro/película (que no leeré ni creo veré) el tal Grey sus cincuenta sombras y quizá esta carta sea una sombra más.
El caso es que: tú en tu casa y yo en la mía es muy tentador ya que nos libramos de la rutina pero es un amor sin compromiso, demasiado libre para ser verdad y que está abocado al fracaso por el hecho de que alguno de los dos impone al otro su forma de vivir y la distancia física y emocional entre los dos es seguramente la que vencerá al final. Es una historia sin presente, sin futuro y ya es historia.