Veranos con faltas de ortografía, a golpe de besos robados, con sonrisas de medio lado… ¿Despertares? Digamos que fueron anocheceres descafeinados, sin rime ni desfiles, sin faldas ni a lo loco… Hoy, la Luna todavía espera desnuda a esa persona que la despeine. ¿Y tú? ¿Dónde estabas? Benditos sean los huérfanos de amor, los que perecieron con el corazón en la mano, las noches en vela de los enamorados. Sin embargo, hace mucho tiempo que dejé de bailarte el agua, ¿acaso no te das cuenta? Mientras tanto, el otoño entró sin avisar, con algunas hojas desparramadas, con lágrimas en los ojos… ¿Fue la embriaguez del vino? Más bien fue el exceso de besos descorazonados y sin sentido. Porque los besos que se regalan envueltos en el papel de la rutina también arruinan. Pero después de la tormenta siempre llega la calma, el después de los después; con nuevos labios que besar, con nuevos cuerpos que acariciar… Sólo nos falta una señal, una mirada cómplice. ¿Jugamos a ese juego llamado Amor? Que pierda el mejor…
Raül Córdoba, autor de libro Convivir no es de locos.
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“Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.”
(Dos cuerpos – Octavio Paz)
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Pues si, que te hace pensar y pensar….